¿Qué es la deglución atípica?
Nuestra forma de tragar no es la misma cuando somos bebés, con los dientes y la estructura ósea aún por desarrollar, que cuando crecemos. Sin embargo, algunas personas no evolucionan bien en este sentido y acaban colocando mal la lengua a la hora de tragar, lo que perjudica la correcta deglución de los alimentos. A esta anomalía se la conoce como deglución atípica.
¿Cuáles son las causas de la deglución atípica?
Existen varios motivos que pueden acabar derivando en esta condición.
Algunos tienen que ver con la presencia de malos hábitos durante la infancia, como la succión excesiva del pulgar o el uso del chupete o biberón durante más tiempo del recomendable.
Otros vienen derivados de alteraciones orgánicas, como pueden ser; el desarrollo poco ideal de los huesos maxilares, la falta de piezas dentales, dificultad para mover la lengua, alteraciones en el sistema linfático o la reducción del tono de los músculos encargados de la masticación.
¿Qué consecuencias tiene la deglución atípica?
La mala posición de la lengua no solo tiene consecuencias a la hora de tragar y deglutir los alimentos, sino que también incide en el desarrollo de toda nuestra boca y, por tanto, en el buen estado de nuestra salud oral.
Esta mala colocación lingual puede acabar provocando una de las maloclusiones más comunes, la mordida abierta (aquella en la que los dientes frontales superiores e inferiores de nuestras arcadas no hacen contacto entre ellos).
Además, también puede originar una presión excesiva sobre nuestros dientes provocando apiñamiento dental o espacios interdentales demasiado amplios. Otro efecto de la deglución atípica suele ser el tener problemas de fonación.
¿Cómo podemos tratar esta anomalía?
Por lo variado de sus efectos, lo ideal es que su tratamiento sea un proceso coordinado entre nuestros expertos de ortodoncia y nuestros logopedas. Combinando los conocimientos de ambos, se conseguirá reducir la duración del tratamiento y hacerlo mucho más efectivo a largo plazo.
El ortodoncista se encargará de corregir la mordida abierta, expandiendo las arcadas y facilitando el espacio para que la lengua pueda moverse con normalidad en nuestra boca a la hora de masticar y deglutir.
Por su parte, nuestro logopeda trabajará con el paciente en ejercicios para modificar su rutina de deglución, “enseñando” a la boca nuevos patrones con los que corregir la forma de tragar.
De esta forma, conseguiremos que el paciente mejore su deglución, su mordida y su fonación.
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